Y España despertó

Escribí ¡España despierta!, el primer artículo de esta revistapolitica.es analizando la necesidad que tenía España de despertar de su letargo inútil, estéril, que fomentaba el aliento de los que desean romper España sin medir las consecuencias, como el niño que intenta meter el dedo en el enchufe.

Los españoles en su mayoría sufrían la «espiral del silencio», una situación social que viene de lejos, desde que el hombre vive en sociedad. Todos tememos quedarnos aislados en el entorno social (trabajo, colegio, amigos, equipo, etc) y por eso prestamos una atención continua a las opiniones de la mayoría, las que percibimos a nuestro alrededor. Después de escuchar estas opiniones nos surge una necesidad de ser populares y aceptados por la mayoría, por eso repetimos aquello que la mayoría está diciendo. Si nadie para esa rueda, se convierte en la espiral del silencio. El caso más conocido es el de la Alemania nazi, donde muchos alemanes no compartían las teorías de la supremacía y mucho menos el exterminio de los judíos, pero no lo decían, porque «la mayoría» lo alentaba.

Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en esta manipulación aceptada por todos. Se le conoce como espiral del silencio porque la lógica de fondo que se sostiene es que cuanto más se difunde la versión dominante por los medios, más guardarán silencio las voces individuales contrarias, con lo que se produce un proceso en espiral.

Esto se ha roto, España ha parado la rueda y ha encontrado su esencia, su fuerza…ha recuperado su libertad por encima de los medios de comunicación, del dinero de Roures y de lo políticamente correcto. Lo que haga el Gobierno les puede parecer bien o mal, pero toman sus propias decisiones, por eso ponen banderas en las ventanas, acuden a jalear a la Guardia Civil que parte con destino a Cataluña, o bien publican en twitter sus opiniones sin ningún miedo.

España ha despertado, ¡por fin!, tarde pero nunca lo es si la dicha es buena. Los golpistas catalanes no podrán vender su discurso secesionista en el resto de España nunca más, como pasó con Miguel Ángel Blanco y el fin de ETA, España ha despertado y ha dicho ¡basta!.

No vamos a tolerar más desplantes ni mas victimismo de quienes se meten un 25% del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) mientras se pulen nuestros impuestos en embajadas, urnas, actos independentistas y ataques a España, a todos, a la soberanía nacional, la del pueblo, la tuya y la mía.

España ha despertado para no dormirse en los laureles y parar los pies a quienes quieren destruir años de convivencia pacífica, progreso y libertad. Vende libertad el que quiere acabar con ella, por eso manipulan a niños de 8 años y les ponen a pegar carteles, acosan a las empresas que no comulgan con la secesión, hostigan a los medios de comunicación que no transmiten sus dictados y utilizan las instituciones para sus fines opacos. En Cataluña no hay mucha solución, salvo dejar pasar dos generaciones y que ellos mismos se den cuenta de que les han engañado.

Nadie podrá ir a Cataluña a decirles que les queremos y que España somos todos, porque les han programado durante años para pensar que un español es un ladrón, un paleto, un facha y un enemigo. La juventud está perdida en su mayoría, por eso ciertas marcas se han lanzado a fomentar la independencia, porque veían a futuros consumidores enganchados a sus productos patrióticos.

El domingo habrá violencia, que nadie lo dude, pero no pasa nada, para eso está el Estado, para ejercer la violencia en su función de policía. Con proporcionalidad y al amparo de la Ley, pero sin contemplaciones. Está claro que la CUP, Puigdemont, Junqueras y todos los miembros de la Generalitat lo que buscan es la foto histórica de un guardia civil dando un porrazo a un joven con una papeleta en la mano y una estelada como capa. Que se produzca, no pasa nada.

Los Mossos harán el vacío a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, algunos seguramente hasta fomenten la toma de colegios. Los bomberos regionales (Barcelona, Girona, Tarragona y Lérida) harán cordones «sanitarios» para evitar que la Guardia Civil entre en los colegios. Los antisistema lanzarán cocteles molotov a los coches de la policía y seguramente haya heridos. Van a eso, al jaleo, a montarla. Alguien dirá «hombre, si solo quieren votar y no les dejan», pero le tendremos que decir «hombre, si yo también quiero votar y no me dejan».

No se trata de votar, no se trata de democracia, se trata de cumplir la Ley. Igual que la cumplimos tu y yo cuando pagamos multas, impuestos o nos toca ir a declarar como testigos a un juicio. Cumplir la Ley, todos, sin excepciones.

¡Viva España!, ¡Viva la Guardia Civil!